Preguntas Frecuentes

¿Por qué bailar?

La danza es una actividad artística y, además, una de las actividades físicas más completas y saludables que existen. El trabajo simétrico y compensado de todo nuestro cuerpo proporciona su desarrollo armónico y mejora la posturas.

Además, bailar requiere la memorización de pasos y su coordinación con la música suponiendo un beneficioso estímulo para nuestro cerebro. Las clases de baile suelen también mejorar el estado de ánimo y benefician la expresividad y el desarrollo emocional de los más pequeños.

¿Cómo elijo una escuela de Danza?

1. Lo más importante es el profesorado:
Un buen profesor de danza debe haber bailado bien. Si es una persona mayor tal vez no pueda realizar en la actualidad algunos movimientos, pero eso no importa si supo realizarlos correctamente en otros tiempos y puede trasmitírtelos. Fíjate en su trayectoria, tal vez tenga fotos; en todo caso, si fue buen bailarín, conservará una manera de moverse elegante y un buen porte.

Pero eso no es suficiente. Hay grandes bailarines que son pésimos maestros. De hecho, ser un buen maestro requiere además de otros talentos: paciencia, sentido del humor, dotes comunicativas, empatía y mucho, mucho entusiasmo. Hay talentos naturales, pero siempre es una garantía que tenga vocación para la enseñanza y se haya formado específicamente para la docencia. Comprueba, además, si tu maestro se recicla a menudo.

Mª Luisa (en clase)_1En todo caso, elige un profesor con el que te sientas cómodo.

2. En cuanto a las instalaciones:
El suelo del aula debe estar entarimado para prevenir lesiones. La clase debe ser amplia y estar bien aireada. Debe contar con barras y, habitualmente, espejos. Es importante que la temperatura sea agradable, el frío perjudica los músculos y  te puedes lesionar.

¿Cómo debo vestir en clase?

Depende de la disciplina que practiques. En ballet necesitarás medias, un maillot -los chicos mallas-, y zapatillas de media punta. En flamenco te exigirán zapatos o botas de tacón; las chicas necesitarán también falda y, tal vez, un mantón.

Para danza moderna puedes utilizar ropa deportiva y que te permita moverte con comodidad, el calzado depende del estilo: puedes bailar descalzo o necesitar zapatos o botas de jazz. Para iniciarte en bailes de salón, elige un calzado cómodo y ropa de calle. ¡Ah! Para danza del vientre necesitarás un pañuelo con monedas.

¿A qué edad debo iniciarme en la práctica de la danza?

Se puede empezar a bailar a cualquier edad, lo importante es integrarse en un grupo de tu mismo nivel:
– Los niños deben trabajar en grupos de una edad similar.
– Los jóvenes y adultos han de escoger un nivel adecuado, ni por encima, ni por debajo de sus posibilidades.
En nuestra Escuela no hay límite de edad por arriba, aunque la edad mínima para matricularse son los 4 años. Por debajo de esa edad trabajamos en un programa llamado “peque-danza” y en el que es obligatorio que la madre o el padre estén presentes y participen durante la clase. Queremos fomentar el desarrollo de los niños y niñas a la vez que potenciamos lazos de unión con sus padres a través de la música y la danza. Recién escolarizados, lo contrario nos parece perjudicial: Es castigar a niños y niñas aún muy pequeños con una hora más de privación de sus familias.

¿Qué dedicación exige la danza?

Depende de tus objetivos. Lo más saludable es practicar 2 ó 3 horas semanales. Pero el ejercicio profesional, no nos engañemos, requiere dedicación plena: 5 ó 6 horas diarias a partir de los 15 ó 16 años. Si quieres ser profesional, piénsalo bien y obtén una opinión honesta y desinteresada sobre tus posibilidades.

Si eres uno de los pocos afortunados con vocación y talento ¡Ánimo y a por todas! En cualquier caso, te aconsejo que no abandones tus estudios en el Instituto porque posteriormente puedes arrepentirte.

¿Por qué no matriculáis a los niños y niñas pequeños en bailse de salón o actividades similares?

Legalmente tenemos obligación de matricular a los menores de 8 años en la asignatura de Música y Movimiento. Después ofrecemos una formación diferente según la edad. A partir de los 13 ó 14 años ya se incluyen distintas técnicas además del ballet.

Lo cierto es que hay cierto tipo de danzas que no son apropiadas para los niños porque son bailes de pareja pensados para los adultos. Su práctica no produce ningún beneficio a los pequeños, no es ni educativo ni formativo, así que tenemos el deber de negarnos a realizar algo que nos parece perjudicial para nuestros alumnos.
¡Cada cosa a su tiempo!

¿Por qué tengo que llevar moño en clase de ballet?

La razón es que permite a tu profesor comprobar si tienes bien colocada la posición de la cabeza y observar la línea de tu cuello. Además estarás más cómoda y podrás pasar la cabeza en los giros con más facilidad.

¿A qué edad puedo usar zapatillas de punta?

Atiende al criterio de tu maestra. Siempre es mejor esperar más tiempo y tener más garantías. En todo caso nunca debes usarlas antes de los 11 ó 12 años, puede ser perjudicial.

Tengo 13 años, nunca he estudiado ballet, y me gustaría ser profesional ¿Tengo alguna posibilidad?

Depende de tu talento. Contrariamente a la creencia popular, no es necesario empezar a estudiar ballet con 3 ó 4 años. De hecho ¡No se debe estudiar ballet antes de los 8 ó 9 años! Hasta esa edad se realizan actividades de danza que se han probado muy beneficiosas para el desarrollo de los niños pero no auténticas clases técnicas. Si tienes condiciones y ganas de trabajar te diré que Natalia Makarova, considerada por muchos la mejor bailarina de la segunda mitad del siglo XX, no comenzó a estudiar ballet hasta la edad de 13 años.

Estoy confundida con la titulación de danza ¿Cómo funciona?

Necesitas una base técnica sólida y, por eso, tienes que estudiar el Grado Superior de Danza en una de estas tres especialidades:
– Ballet.
– Danza Contemporánea.
– Danza Española y Flamenco.

Todas pueden cursarse en dos modalidades distintas:
– Pedagogía.
– Coreografía e Interpretación.
Para más información sobre Titulación, Especialidades, y Pruebas de Acceso consulta:
– La Página del Instituto Superior de Danza “Alicia Alonso” de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid http://www.isdaa.es/.
La del Conservatorio Superior de Danza “María de Ávila” de Madrid http://www.csdma.com/.

Y si quiero ser profesor de baile moderno. ¿Qué hago?

En principio, preocúpate de aprender y adquirir una buena base. El actual sistema educativo te permite entrar en el régimen profesional en cualquier momento de tu trayectoria superando una Prueba de Acceso.

– Si quieres ser profesora o profesor de danza tienes que saber que el único Título que habilita para la Docencia es el Título Superior que puede obtenerse en Centros Superiores y Universidades. No es necesario tener ninguna acreditación, certificado o título previo ya que el ingreso en estos Centros Superiores es mediante Prueba de Acceso.

– Si quieres tener Título Profesional (hasta ahora denominado de Grado Medio) de bailarín o bailarina, puedes seguir estudios en Centros Autorizados para Grado Profesional. Se puede ingresar en cualquier curso a través de una Prueba de Acceso y sin necesidad de haber cursado los anteriores.
No obstante, si quieres bailar profesionalmente ten en cuenta que las Compañías escogen a sus bailarines por Audiciones, pruebas en las que lo importante es bailar bien, y nunca en función de un Título.

Además de los Títulos Superior y Profesional, existen estudios que dan derecho a:
– Certificados Elementales, que se pueden obtener en Centros Autorizados para Grado Elemental.
– Acreditaciones, que se pueden obtener en Escuelas Registradas de Danza.

Ni Certificados ni Acreditaciones son Títulos y no facultan para ningún ejercicio profesional.

¡CUIDADO! Hay Centros que se anuncian como Autorizados sin aclarar, como es su obligación legal, que sólo lo están para impartir Enseñanza Elemental y hablan de Títulos, que no pueden otorgar, confundiendo a padres y alumnos.

Además, muchos Centros ofrecen “supuestos títulos” de organizaciones privadas nacionales y extranjeras: ¡OJO! No son ni oficiales ni homologables y cuestan mucho dinero. Infórmate bien antes de caer en la tentación de hacer algo que no te va a servir para nada más que vaciarte el bolsillo.